Muchas veces me han dicho “yo saco las fotos cuando termino la torta, que es de noche”. Dejame decirte algo, sacar buenas fotos de noche es difícil de hacer hasta con una cámara profesional. Lograr que lo que se va a sacar quede iluminado de forma pareja, agradable y cálida, cuesta. En general, hay que usar varios equipos de iluminación y aun así a veces no queda bien y hay que retocar en la computadora.
Si tus fotos las sacás con el celular, ¿por qué no aprovechas el sol? “Porque no tengo tiempo”. Mmm, la torta no la entregás a las 2 de la mañana, propongo que, en vez de acostarte más tarde por sacar la foto, la saques antes de entregarla, de día.
¿Por qué de día? Hace unos años escuché una entrevista a Eduardo Torres, uno de los fotógrafos gastronómicos más reconocidos de Argentina que decía que en su carrera lo ayudó mucho observar a los pintores. A aquellos pintores impresionistas que salían al aire libre a pintar y de los que hoy vemos obras que quedaron para siempre. Su única fuente de luz era el sol, y con esa luz, observando el entorno, plasmaban lo que veían.
La luz del sol, aunque esté nublado tiene una calidez y una potencia para mostrar los detalles de cualquier plato que no puede darnos ni el tubo de la cocina ni cualquier luz de casa.
Genera halos de luz y brillos que no quedan bien. Delatan una foto amateur, distraen la mirada, no hacen justicia con lo lindo que tenés delante, porque no resaltan los detalles, “queman”.
Además, el flash genera una luz mucho más azulada que lo deseable. Sabés desactivarlo? Es un ícono de un rayo tachado, que aparece en la cámara del celular.
Las cámaras de los celulares, cuando se saca de día, captan la luz ambiente sin necesitar el flash y la foto queda más linda.
Al lado de la ventana suele ser el lugar donde más luz hay en un ambiente. Animate a mover muebles, a recostar tu mesa a la ventana o a poner una mesa ratona o una mesa de luz cerquita de esa ventana donde entra la mejor luz.
La foto solo capta el plato que vas a fotografiar y un poco del fondo, no pasa nada que al costado esté tu perro, los juguetes de tu hijo, una planta o la ropa sucia, porque te acercás para sacar y no quedan en la foto.
A veces con apoyar dos tablas sobre una mesa de luz ya tenés una superficie que parece una mesa rústica de campo divina. (Si hacés eso sacá foto del back y mandamela por mensaje que nos vamos a divertir, yo también tengo de esas ajajja)
Mina Barrios una fotógrafa de producto española (Melon Blanc) recomienda recorrer la casa o apartamento de uno en busca de la mejor luz. Recomienda prestar atención por ejemplo de mañana e ir a la cocina, al living, al baño, a tu cuarto, y ver qué luz hay en cada pieza. En donde hay más? Y de tarde?
Haciendo este ejercicio me di cuenta hace unos años que en mi baño entra una luz hermosa justo antes del mediodía. Tiene azulejos claros, entonces la luz queda bastante pareja. Así que pongo una banqueta en el medio de la ducha, dos tablas y saco fotos.
Fijate dónde entra mejor la luz a la hora en que mejor te queda sacar (menos en la noche). Y si ahí justo hay un mueble, correlo o poné unas tablas o una cartulina blanca arriba y nadie se entera.
Las hojas blancas, las telas blancas, los libros o las cartulinas blancas son grandes aliadas de la fotografía. Cuando sacamos una foto y la luz viene de un costado, hay una parte del plato o del objeto que queda oscuro. Hasta que le ponés, del lado opuesto a la ventana, una cartulina o algo claro. Eso hace que rebote la luz, literalmente, y que tu plato o tu producto no te quede con dos caras.
Ojo, si preferís una foto con mucho contraste está perfecto, pero suele ser un truco práctico. Podés tener un cartón grueso que se pueda parar en la mesa o donde vayas a sacar. Le prendés una cartulina más fina con palillos y la recostás a algo para que no se caiga y te queden manos libres.
Bueno espero que te hayan servido todos estos consejos!! Cualquier duda o comentario que te surga déjamelo acá abajo que te respondo encantada. Que queden lindas esas fotos!